miércoles, febrero 01, 2017

Dolor Ajeno.

Creo que yo ya estoy acostumbrado al dolor por todo lo que me ha pasado, pero lo cierto es que aún no paso por las cosas más dolorosas que enfrentamos la mayoría, la muerte de mis papás.

Casi todo lo malo que me pasa ya no reacciono como comúnmente lo hace los demás, si pasa algo parece ser que salto directamente a la etapa de resignación, como si ya estuviera mentalizado que algo malo tenía que pasar. Pero aún no estaba acostumbrado ver sufrir a alguien que quieres mucho.

Todo pasó relativamente rápido. A mi novia le avisaron que su papá tenía cáncer en el estómago, pero ya muy avanzado. Presentaba dolores o malestares pero no de forma exagerada, al menos en lo que yo sabía. Lo hospitalizaron pero al final no se pudo hacer mucho.

Con este triste evento retrasé el viaje a Boston mencionado en el post anterior. Con el peligro de que me cancelaran ese viaje pero para ese momento era lo de menos.

Alguna vez me dijo mi novia que su papá era la persona más importante en su vida, más que su mamá y hermanos(as), lógicamente más que yo. Por lo que ella no se imaginaba una vida sin él. Desafortunadamente ese día llegó. Lo único que yo podía hacer yo era estar con ella apoyándola y dándole consuelo.

Contrario a lo que imaginé, a pesar de la tristeza, ella estuvo coherente y realizando los trámites correspondientes.

En total fue alrededor de tres semanas en las que no estuvo conmigo (creo no había mencionado que ya vivía con ella) y que en esas semanas, como perrito encerrado, “aprovechaba” para hacer cosas sólo. Pero al ya no tener amigos, lo único que hice fue emborracharme hasta casi no recordar lo que había hecho la noche anterior. Así creo que respondía al dolor por alguien  quien quería que estaba sufriendo.

El funeral, como todos, estuvo triste y sobre todo el entierro. Me había ausentado algunos días del trabajo y me tuve que regresar a Querétaro antes de lo que yo hubiera querido. Mi novia no tardo más que un día más ya que me comentó que no podía desahogarse con toda su familia ya que la veía como la “fuerte” de todas sus hermanas. Llegó a casa al siguiente día y sólo para llorar y no levantarse de la cama por un día entero.

Tenía días que el vecino del departamento de abajo ponía su pinche música banda a todo volumen. Como yo estoy entrenado en ignorar eso por todo el entrenamiento de años viajando en los microbuses de Neza, no me afectaba tanto y sólo me ponía mis audífonos. Pero en esta ocasión sí que tuve que bajar a decirle que le bajara el volumen, al menos esa semana por la situación que estábamos pasando. Afortunadamente fue consciente y apago el sonido completamente! Mi novia pudo desahogarse y descansar.

La última vez que ví a mi “suegro” le dije que no se preocupara, que yo cuidaría a su hija. Se lo dije porque lo ví mal, que también creo que sabía identificar cuando alguien pasará al “siguiente nivel”.

Esas borracheras del luto iban a tener consecuencias terribles en el futuro cercano