lunes, enero 18, 2016

Presa Hoover, Ruta 66 y el Gran Cañón.

El último día que tenía en Las Vegas lo reservé para irme a un tour por uno de los lugares más emblemáticos que todo niño con la influencia de tele gringa e interesado en los documentales del canal 11 (antes de tener el Discovery channel) es el Gran Cañón.

De madrugada me preparé y abrigué muy bien para salir a esperar la camioneta que pasaría por mi al hotel. Mientras estaba a la espera sentí el frio del desierto con el contraste de las luces de la calle. Creo que en verdad esas luces creo que nunca las apagan.



Llegó una camioneta y comprobé que también en USA llega A haber confusiones con el papeleo de los tours. Yo compre un tour especializado para ver paisajes ya que era enfocado para aquellos que les gustaba la fotografía. Nunca he tenido una cámara buena así que cualquier cosa me sirve a mí pero me interesaba más la onda de disfrutar los paisajes. Al final el responsable del tour no tenía mucho que ver con la fotografía sino que era de otra agencia y por ende no reconocían los papeles que me dieron como comprobante de compra del tour. Me senté a esperar entonces otra camioneta y después de 15 minutos el conductor habló a su agencia y finalmente le confirmaron que sí eran mis papeles para ese tour. Se disculpó, me invitó a abordar y salió de inmediato.

Antes de llegar al Gran Cañón el tour incluía una visita a la Presa Hoover y luego a una intersección de la Ruta 66. Después de alrededor de una hora de camino llegamos  a la presa. Yo comenzaba a admirar ese desierto mientras salía el sol. Me impresionó que pude ver fauna a la orilla del camino. En México es raro que me encuentre con grandes animales salvajes que estén descansando o deambulando cerca de alguna carretera. Pude ver a un Coyote y a varios borregos cimarrones.

Al llegar a la presa, la visita fue muy rápida, solo una explicación de la que lo único que recuerdo es que ahí se filmó la escena de la primera película de los Transformers en la parte que se desarrolla en una presa. La verdad no me interesaba mucho, lo conocí y hasta ahí.




Continuamos nuestro camino y la última parada antes de llegar al Gran Cañón era la intersección de la Ruta 66. La visita ahí fue muy rápida, casi solo fue para que pudiéramos comprar algunas cosas por si necesitábamos comer en el camino ya que aún nos faltaban al menos 4 horas para llegar.

Lo poco que pudimos estar ahí sí que me gustó, todo el pueblito parece ambientado como una locación de la película de Cars de Pixar. Los establecimientos, carros y las tiendas y cafeterías ¡son muy parecidos! Casi no me dio tiempo de comprar nada por estar paseándome en esa calle conociendo el lugar. 



Partimos ahora sí al gran cañón y aún por el cansancio y lo largo del camino me quedé dormido junto con todos los demás que viajábamos en esa camioneta. Me desperté y al aclarar poco a poco mi vista pude ver paisajes nevados!! A mí me gusta mucho la nieve y ese espectáculo no me lo esperaba. Deseaba que al llegar siguiera la nieve para poder caminar sobre ella, tocarla y disfrutarla. Casi le decía la chofer que hiciera una parada de emergencia para ir al baño y escaparme a sentir la nieve, pero no lo hice. Fui paciente.

Al llegar al lugar sí que había mucha nieve!!.. Aún no veía el cañón pero el guía solo nos indicó que ese punto era uno de los miradores principales caminando algunos 100 metros y de ahí teníamos que caminar al sur y nos encontraría al finalizar el camino.



Impresionante. Como iba solo, me di todo mi tiempo para admirar todo. Cada acantilado, cada risco a lo lejos, al fondo, los árboles, las aves, la nieve!! Todo lo observé y disfruté mucho.




Al llegar al final del camino hay una gran cabaña que funge como restaurante y además para venta de suvenires. Otro rato para ver todo lo que se vende y me percaté de algo curioso. En una sección vendían los tapetes pintados con tintes naturales tejidos artesanalmente de Teotitlán Oaxaca!! Me acerqué para verlos y pensé que ellos los vendían como si fuera una artesanía local echa por los indios navajos o algo así. Pero no, más fue mi sorpresa que cada tapete tenía una etiqueta en donde decía el lugar de origen (Oaxaca) y sobre todo, el nombre del artesano quien lo hizo. Estuve totalmente de acuerdo porque cada tapete es una artesanía que requiere mucho esfuerzo y por su valor estético, vale mucho. Es por ello que yo tengo uno en la sala de la casa.

Como era de esperar, se me hizo tarde tanto que el guía fue por mí a la tienda, yo ya estaba pagando pero pareciera que todo estaba en contra porque la cajera fue lo más lenta posible.  Tanto que me instaba el conductor que ya dejara las cosas y no pagara. Lógico no lo iba a hacer y me tuvieron que esperar. Entiendo que esto es muy molesto, a mí también me pasa, pero esta tardanza tuvo más culpa la cajera que yo.

Llegando al hotel vi a mi amigo y nos contamos nuestras experiencias en los tours. Yo fuí a lado sur (que ya había ido él) y mi amigo fue al lado norte del gran cañón. Por lo que me dijo a él le gustó más el lado sur.

Era nuestra última noche así que solo quisimos ir a tomar las respectivas fotos en el letrero de Bienvenida a la ciudad, pero también de despedida. Después de eso él quería visitar la sex shop “Hustler” ( como si él lo utilizara jaja ) y aproveche para también ver qué cosas diferentes había con lo que vendían en México. Solo me compre unos condones fosforescentes y unas pulseras con feromonas (creo que sí fueron efectivas pero nunca lo sabré). Terminamos cenando en el Hooters pero nada fuera de lo normal. Alitas y cervezas con las espectaculares mujeres como meseras.









Al día siguiente salí cerca de medio día y me despedí de la ciudad. No me esperaba que un lugar así me gustara tanto y es lo bueno de viajar, que puedes conocerte cada vez más. Sin duda regresaré… algún día.


 

domingo, enero 10, 2016

2014 Reload


Tanto tiempo de ausencia de no andar en el blog no quiero que vuelva a pasar. Rara vez me daba unas vueltas por acá para saber si de casualidad alguien había dejado algún comentario para animarme a escribir, pero el resultado era evidente. De entre todas las cosas que tengo en mi vida ya no tenía las ganas o no me hacía un tiempo para venir a poner todo lo que en mi cabeza quiere sacarlo a la luz. Después de este tiempo me di cuenta que sí tengo una fuerte necesidad de escribir lo que me pasa o mis pensamientos, sin importar si alguien me lee o le guste, lo hago simplemente porque es algo que me gusta.

Hasta hace casi 4 años casi todas las cosas las hacía sólo con el simple hecho de que era lo que me gustaría hacer en ese momento. Así realicé mi tesis de ingeniería (que en el 2000 puedo decir que era el precursor de la tecnología y algoritmos del Kinect). Así me metía a trabajar y salía de los trabajos porque era lo que quería. Empecé y terminé la Maestría (no la tesis) porque eso era lo que yo quería y no tenía que darle cuentas a nadie porque nadie me mantenía y me podría decir qué era lo bien o lo mal. Creo que todas las cosas que yo hacía se podían considerar como buenas cosas.

En algún momento, sin darme cuenta, perdí esa libertad. Al grado que estar en un bache de pensamientos y sueños. Todo tiene una explicación; mi mente científica analiza y casi da con la raíz del problema pero no me gusta esa conclusión y como cualquier otro problema, lo quiero resolver de otra forma. Puede que nos sea la más directa ni la más óptima, pero tampoco quiero tirar a la basura todo lo construido y estoy tratando de encontrar la solución por otro camino, manteniendo todas las variables sin alteración y al final llegar al resultado que sea lo más cercano a lo planteado inicialmente.

Creo que en los últimos dos meses del 2015 al fin tuve algo de tiempo para pensar en mí y no me gustó como tengo mi vida. Quiero ajustar las tuercas y comenzar a enderezar el camino por quien realmente soy. Aún no sé el destino, pero al menos quiero hacer algo y sentirme bien por recorrer este camino.

El mejor pretexto para empezar a cambiar algo es el cambio de año. Así que este 2016 que comienza lo quiero hacer planteando mis objetivos. Al menos para mi cumpleaños debo tener planteado las cosas importantes y lo que quiero. De ahí realizar el plan correspondiente. Mi cumple es a final de Enero, así que esto ya está a punto de comenzar.

Lo que urgía es ya poder escribirlo aquí. Veía las estadísticas del blog y me impresione que en los dos últimos años solo he escrito 4 post!!! Pero ha pasado por mi vida grandes cosas y sé que aún las peores cosas faltan por pasar. Me he resignado que mi vida al parecer no es plácida ni monótona como los de la mayoría con los que convivo. Eso quiere decir que me junto con la gente equivocada o ya de plano no me junto con nadie.

El primer objetivo es escribir aquí al menos una totalidad de 54 posts este año. Es decir, uno por semana. Dentro de eso estaré contando lo que estos últimos 3 años me ha pasado y sé que, si muchos me odiaron y dejaron de venir aquí por mis comentarios y forma de ser, creo que ahora tocará el turno para aquellos que se quedan o quien visite esporádicamente este lugar. Pero como lo he planteado desde un inicio, este espacio es para mí y para desahogarme de todo lo que me pasa.

Mi mente ha empezado a  olvidar muchas cosas y eso es en parte por el alcohol y porque ya no se le exige como antes, sin ejercitarlo comienza a perder lo que antes me diferenciaba de los demás. Estos 3 años de ausencia he viajado y vivido en Boston y Madrid. Pero sobre todo creo que ha sido una etapa muy oscura. Muchos meses los pasé como en automático, sin pensar mucho y como si fuera un robot evitando pensar todos los problemas en los que estaba.
Ahora veo un destello de luz, pero sé que mi camino en la vida ahora se llevará en la penumbra. Es parte de mi decisión y aunque lo cambie, nunca será aquel sendero luminoso y prometedor con el que uno se imagina de adolescente.

Por el momento el siguiente post continuara aquel viaje a Las Vegas y trataré de seguir el orden cronológico de lo que me pasaba. He olvidado mucho, pero al menos trataré de escribir lo que recuerde para ponerme al corriente…


Pues a comenzar en forma este 2016!