domingo, agosto 24, 2014

Con el agua hasta el cuello.



No quería dejar pasar este año por completo sin publicar algo en el blog. De todos modos este es mi espacio que utilizo para el desahogo de las cosas que pienso y que me pasan. He sentido el peso que provoca el no poder externar cosas que para mí son importantes.  Agradezco a lo que han seguido este blog por esperar por meses al menos un indicio de vida en este blog, espero poder contar con pequeños lapsos de tiempo para poder publicar todo lo que me ha pasado en poco más de un año.



Creo publicaré sólo lo más sobresaliente, ahora mi vida es otro caos y necesito un tiempo a solas, pero las responsabilidades que uno va adquiriendo con el tiempo hace que un rato a solas y de quietud sean un lujo que ya no me es posible pagar tan seguido.



Aun me falta poner el final de mi viaje a Las Vegas, ya no pasó algo tan chido como los días anteriores pero igual forma parte del viaje; pero de las cosas relevantes de año pasado es mi operación de nariz, un incidente de salud con mi madre, el primer viaje a Boston y el desastre emocional que tuve en diciembre. Esa serie de acontecimientos me han arrastrado hasta lo que hoy en día tengo y que me siento tan sofocado y ahogado que ahora no sé ni cómo quitar todos estos sentimientos de impotencia.



Afortunadamente la salud conmigo y la gente que quiero está bien, eso es lo más importante y estoy consciente que después de eso, todo lo demás es lo de menos. Pero esas cosas que son “menos” llegan a ser tan importantes ya en tu vida diaria que hace que me sienta ahogado. Me doy palmaditas en la espalda diciendo: “Cosas similares ya han pasado y te han servido y haz salido avante, vas a ver que esta temporada es algo similar; con el agua hasta el cuello, lo único que tienes que hacer es seguir nadando sin desesperarte para no cansarte”.