domingo, junio 17, 2012

Enemigos.

Creo que es parte natural de la vida de toda persona en tener enemigos. Aunque debe ser mejor tener más amigos que enemigos. Quizá conforme uno crece y hace más cosas de las que el promedio de la gente evita es cuando te vas formando de más y más enemigos. De eso debemos estar todos consientes.

Procuro evitar siempre hacer cosas que puedan dañar directamente a la demás gente. Pero existe otro tipo de gente, y que una gran parte de los mexicanos actúa así, que cuando ven a alguien superior o que está saliendo del hoyo es cuando la empiezan a  atacar y para ellos se convierte de inmediato en su enemigo. Esa es la gente con la que me he topado a lo largo de mi vida. Pero no comprende que para yo salir del promedio y salir poco a poco del hoyo debo esforzarme mucho más. Algo que también una gran parte de la gente se niega a hacer (y por eso luego van a votar por candidatos que les dicen mentiras de salidas fáciles y sin hacer nada… pero ese es otro tema).

Cuando uno estudia en la escuela primaria, te consideras amigos de todos. Todo mundo te habla, con todos juegas y con todos compartes. Pero conforme uno crece las amistades se vuelven más selectas a tus propios gustos y opiniones. Empiezas a formar algo de enemigos. En esos niveles de la primaria y secundaria, no existe esas enemistades por ser superior intelectualmente. Pero sí recuerdo que las únicas enemistades eran cuando ya existía de por medio una mujer. Entonces es ahí cuando tienes tus primeras peleas y verdaderos enemigos simplemente por un arranque de hormonas para demostrar que uno es el macho alfa. Pendejadas al fin y al cabo, pero ahí es cuando se tienen enemigos reales.

En el nivel medio superior, se hace más competitivo la capacidad mental. Sobre todo en las escuelas muy exigentes como en las que fui, una vez que ya se realizó la gran depuración de gente que no está tan capacitada. Se puede llegar a tener “enemigos” para ver quién es el mejor. Eso implica mucho más esfuerzo y es la competencia sana e idónea para el progreso individual y por la humanidad. Demostrar que se es mejor y estar consciente de que tu enemigo es el que te impulsa a ser mejor porque no te vas a dejar que te gane. En el nivel medio superior y superior, al ser de los mejores, siempre me medía con la capacidad de alguien dos años mayor que yo,  tiempo después confirmé que a él también yo le podía causar miedo ya que era su única competencia clara.

Ese tipo de enemistad en el fondo no lo es y es que al final, mi “enemigo” de capacidad mental siempre ha sido uno de mis grandes amigos. Después de tanto tiempo aun salimos a emborracharnos sabiendo que los dos somos los mejores y que es difícil que alguien más nos supere en nuestro propio ámbito en el que no desarrollamos. Venga de la escuela que venga (bueno, al final, alguien del MIT sí nos podría hacer competencia).

Pero hubo otro enemigo. Surgen sólo por la envidia y es gente con complejos de inferioridad y les nace mucho odio hacia su objetivo. Esto me pasó en la Universidad, hubo alguien que venía de otra escuela y tenía odio a los que veníamos de “La Batiz” por el simple hecho de que al entrar a cualquier universidad del país, todas las materias físico-matemáticas nos da risa y resolvemos las ecuaciones de la forma más sencilla y ya sin estudiar porque eso ya lo hemos cursado y hemos vividos problemas mucho mayores de lo que pueden poner en las universidades. Eso es lo que le daba coraje a este tipo, que me imagino que él se esforzaba tanto para alcanzar calificación justo para pasar la materia y nosotros en el desmadre, sin estudiar tanto, sacábamos calificaciones excelentes.

Este tipo me tomó a mi como su enemigo. La verdad yo nunca lo consideré mi enemigo, siempre le ayudaba y comenzamos a hacer trabajo en equipo juntos, hasta hice el Trabajo terminal con él para la titulación (Es como la Tesis pero llevada a la forma práctica). Creo que él solo estuvo en mi equipo para poder aprender de mí estudiar la posibilidad de poder ganarme. Jamás pudo.

Al salir a trabajar, llegó al banco, hace unos 8 años. Yo ya tenía el reconocimiento de la mayoría que trabajaba ahí y pues le volvió el coraje al ver que igual con mi desmadre era de los más respetados y aclamados de sistemas. Pero el acabose fue que, llegó en el momento menos indicado. Fue a unos meses antes en que me le declarara a mi novia, él se le declaro días antes y lo rechazó. Yo no lo sabía ya que no me hablaba mucho y yo no tenía mucho tiempo para salir con todos los amigos para ver sus intenciones. Días después yo me le declaré y aceptó. Imaginen lo que debió sentir, su peor enemigo, aquel que no se esforzaba tanto en estudiar, aquel que le ganó en todo, también la había ganado a un amor, a una mujer.

Me dejó de hablar. Yo ni supe exactamente el día en que renunció, según por un mejor trabajo. Pero tiempo después nos reunimos en una borrachera, esa fue de esas que hasta parecen grupos de apoyo. Me enteré que también mi otro amigo, con el que hicimos el trabajo terminal (fuimos tres en el equipo) también le había bajado a una vieja güera pero gorda y hasta ese momento nos sabíamos que también la quería. Lloró, quería golpearnos y sobre todo, quería destruir mi carro (un shadow) porque alegaba que por eso mi novia me prefirió a mí que a él. Sobre todo porque sabía que, para ese entonces, me conocían varias amantes.

Ese fue el último día que lo ví. Supe que, si su odio irracional crecía, podría llegar a hacer cosas peores y mejor me desaparezco de su vida para que pueda hacer la suya en paz sin ningún recuerdo de su enemigo.

Tiempo después, cuando estaba en Europa, supe que su mamá había muerto de cáncer. Mes y medio después también falleció su papá. A mí me daba tristeza, mucha, yo nunca lo consideré mi enemigo y él sabía que con cualquier cosa lo podría ayudar,  pero no pude hablarle por teléfono porque no sabía cómo reaccionaría en esos momentos más difíciles que se presentan en la vida.

El año pasado, me enteré que efectivamente tiene problemas con los nervios, no sabe manejar mucho la presión y por lo pesado que es a veces nuestro trabajo, él no aguanto y tuvo parálisis muscular incluyendo el corazón. Otro poco se muere. Yo avisé a los que éramos sus amigos más cercanos para que lo fuerana ver porque ya sin padres habría que ayudarlo. Yo evité ir, además que no tenía mucho dinero por pagar le trasplante de mi novia,  no quería que sus nervios se le alteraban al verme. Ya no sabía gran cosa con su vida pero sí sabía que estaba solo.

Afortunadamente no fue así. Me enteré que su hermano siempre estuvo con él, y además tenía una nueva novia. Ella lo ama y todo ese tiempo cuidó de él. Aguantó la rehabilitación y siempre lo animó. Lo extraño fue que mi amigo era ateo y se burlaba que yo y los demás creíamos en Dios. Ahora, su novia es cristiana y lo convirtió también al cristianismo, pero al final esas son pequeñeces. Lo importante es que en febrero me invitaron a su boda.

Me dio gusto verlo recuperado, con su familia y mucha gente que lo quiere. Su novia feliz y creo que es un gran complemento de él ya que tolera y realiza las cosas juntos. He ido a varias bodas, mas de las que he querido, pero la mayoría siempre veía en sus caras el que sólo cumplían con esa obligación social o porque ya no les quedó de otra que casarse. A ellos los ví como deberían verse la gente sencilla y que ha pasado muchas dificultades. Verdaderamente felices.

No sé si al final superó lo que consideró como ofensas de mí para él, o si en verdad siempre me consideró su amigo. Pero quizá también fue su demostración de que, puede ser, me haya ganado en lo que al fin es lo más importante: el ser feliz en la vida. Y pues sí, se lo otorgo, creo que es muy difícil que yo alguna vez tenga eso que ví contigo y tu esposa. Total comprensión y apoyo de alguien.

Y me da mucho gusto…