jueves, febrero 18, 2010

Huir de mi.

Si fuera mujer, diría que estoy en “mis días”. Porque extrañamente hoy estoy muy de malas, lo peor es que no sé ni porqué.

Hoy tuve la pesadilla de que mi mamá fallecía, esa pesadilla me ha pasado unas 4 o 5 veces en mi vida y es de las más horribles pesadillas que he tenido. Creo que por eso amanecí tan de malas.

Hoy tengo ganas de formar parte de un “club de la pelea”, tengo ganas de gritar, ganas de agarrar a la gente idiota de acá y gritarles que se actualicen mientras sacudo su cabeza en mis manos.

Simplemente me dan ganas de correr, correr y correr hasta desfallecer, eso crearía la sensación de alejarme de mi vida lo más pronto posible... aunque sea solo por un rato.

viernes, febrero 12, 2010

Televisoras sin Juegos Olímpicos.

Si en el post anterior estaba enojado por no poder asistir a los juegos olímpicos, ahora si estoy sumamente encabronado porque de plano las dos grandes televisoras del país no se interesaron por la trasmisión del evento de mayor importancia que refleja la paz en los países en el mundo mediante la competencia atlética de sus participantes. El único canal que trasmitirá los juegos será el canal 22. Merece un reconocimiento y un aplauso por brindar a la gente una oportunidad para apreciar la gama de deportes y logros que llevan vidas de esfuerzo y dedicación.

Desafortunadamente el canal 22 es un canal público que solo se vé en el DF y el área metropolitana. Como yo estoy trabajando en Pueblétaro, los únicos canales públicos que hay son las telenovelas de Televisa y TvAzteca y el canal de del estado para ver noticias chafas y videos gruperos. Los sistemas de cable ofrecen este canal, pero a mi casa no llega el principal, sólo tengo el “MegaCable” que, al ser de televisa, no ofrece cultura a la gente, es decir, no tiene en sus canales que ofrece, el canal 22.

Esto me hace preguntar. ¿De plano las televisoras no tienen ni un poco de conciencia social? Para muchos la respuesta es lógica e inmediata. ¿Cómo es posible que no trasmitan unos Juegos Olímpicos? Simplemente esto es algo que, por cultura general, la gente debe saber de su existencia y así tener opciones de elegir lo que le guste. Por más que muchos digan que en provincia de vive mejor que en ciudad o que se presentan las mismas oportunidades en cualquier lado, esa es una clara muestra que no es así. En la mayor parte de México, y sobre todo las familias de escasos recursos que no pueden costear el pago de televisión por cable o satelital, no van a poder apreciar ese magno evento. Cuando en el DF, hasta el municipio más pobre, como lo es Chimalhuacán. La gente podrá ver éstos juegos olímpicos.

Crecí en una familia pobre, con paredes y láminas de cartón. No tuvimos una tele de colores hasta las olimpiadas de Barcelona 92. Pero a pesar que teníamos una tele a blanco y negro (que por lo mal que estaba más bien se veía de distintas tonalidades de azul). Veíamos las olimpiadas anteriores a esa, sobre todo me impactaron las de Calgary con la emoción y la curiosidad de que hay deportes mucho mas chidos, completos y apremiantes que el mísero futbol con el que nos zambullen la televisión abierta.

Afortunadamente existe Internet, y espero poder ver los juegos olímpicos en mi laptop, No será en mi televisión de pantalla plana, pero de eso a nada?....

Pero eso sí, segmentos del mundial y partidos están asegurados para trasmitirse por todos los canales y todos los horarios posibles, muy feliz el pueblo mexicano por eso, a pesar de que somos totalmente nefastos en cuanto a futbol a nivel mundial. Vivamos en nuestra mediocridad que bien que la alienta nuestras televisoras.

“I don’t belong here…”

lunes, febrero 08, 2010

Los Juegos Olímpicos en Vancouver 2010.


Desde niño a mi no me ha llamado nada la atención el futbol, siempre se me ha hecho un jueguito muy lento a lo que pudiera ser y sobre todo el fútbol mexicano. Además que solo les preocupa la obtención de dinero fácil de la gente sin que alienten a verdaderos talentos que pudieran trascender en el futuro. Las marrullerías que se ven a nivel profesional, en donde con un toquecito es suficiente para tirarse al suelo, llorar y gritar como si ahí mismo estuvieran pariendo un chamaco. No hay comparación con los deportes reales con el futbol americano o mejor aún, el Rugby.

Me cagaba de sobremanera que en la escuela, el profesor huevón de educación física solo nos diera una pinche pelotita para que todos mis compañeros idiotas se emocionaran y nos pusiéramos a jugar futbol sin ningún entrenamiento o disciplina mientras que el profesor se ausentaba. Yo no era malo en el futbol, siempre me gustaba esta de defensa porque por mi no pasaban aquellos que acosaran mi portería. Pero igual de delantero me movía con facilidad porque en realidad se me hace un deporte fácil y por ello, sin chiste.

Desde niño siempre me gustaron otros deportes; el atletismo, el kung-fu y la natación fueron las disciplinas en donde me desarrollé. Sobre todo la última, que sin duda serán temas de posts futuros. El chiste es que, para mi, el evento de mayor trascendencia mundial y de celebración siempre han sido los Juegos Olímpicos. Sobre todo porque ahí se demuestra que alcanzar una medalla es producto de mucho esfuerzo y entrenamiento a lo largo de muchos años y que no hay cabida a errores, la presión es demasiada y muchas veces se han perdido medallas por el más mínimo error.

Sin duda, si de niño hubiera nacido en algún país primer mundista en donde existiera al acceso fácil a la nieve, me hubiera gustado practicar algún deporte invernal. Estoy seguro que sería el ski alpino o el snowboard, quizá a esta edad ya me interesaría más por el Cross Country. Es por ello, que desde que supe que los olímpicos del 2010 se celebrarían en Vancouver, me propuse de meta no faltar a esa celebración. De ser posible hasta llevar a mis papás que igual comparten esa afición por las olimpiadas.



Todavía el año pasado tenía una pequeña esperanza en asistir, aunque no llevara a mi familia, pero estar presente en esa celebración y celebrar en el frío y jugar con la nieve. Pero no podré, principalmente por problema conocido de mi novia. Y me da coraje y no lo puedo manifestar con nadie por las reglas sociales y morales que implican el quejarse por no cumplir mi sueño de años por atender a mi novia enferma y que peligra si no le trasplantan un riñón.

Y es que no estaría así si se hubiera atendido desde hace dos años que fue cuando se le diagnosticaron eso. O por lo menos que me dijera cuánto se va a gastar por la cirugía o solo el saber que podré gastar esa cantidad de dinero sin que ella se sintiera mal de que podría yo hacer las cosa que quiero y ella, por motivos de salud, no puede. A la fecha aún no sé cuánto se va a gastar ni cuándo va a ser la cirugía, y lo peor, no sé si voy a ver los juegos en mi televisión con pantalla plana comprada explícitamente para ese fin, porque no cuento con conexión de televisión por cable por no pagarlo pensando que ya viviría en otra casa mientras ella se recuperaba de la cirugía.

Si en este momento, así como me siento de frustrado, me dijeran que tengo acceso a una máquina del tiempo para viajar al pasado y corregir algo que hubiera hecho. Creo que haría lo posible por salir más temprano o más tarde de la oficina, esa vez que te ví esperando el microbus y me ofrecí en darte un “raid” a tu casa.



miércoles, febrero 03, 2010

Algunos sabores de Michoacán.

A veces yo mismo me cuestiono acerca de mi actitud sobre muchas cosas comunes en éste lugar. Simples cosas como la actitud de la gente, el sabor de la comida, el apreciar algún paisaje; y es que mis compañeros creen que exagero y que soy la personificación el pesimismo y de las quejas sin sentido.

La verdad es que sí me quejo, sí digo las cosas que veo mal y siento que a veces hasta pongo nerviosa a mi novia porque ella no sabe si me va a gustar o no cualquier lado que salgamos. Ya estaba considerando que en verdad yo estaba completamente mal, pero ahora ya supe que no lo estoy del todo (o sea, sí estoy mal pero no mucho).

Este puente que pasó decidí llevar a mi novia a la tierra de mis papás, donde cada vacaciones nos la pasábamos. A Patzcuaro, Michoacán. Debido al catéter y las hemodiálisis que le efectúan a ella, nada más planee una visita a dos de los pueblos cercanos para estar a gusto, sin prisas, sin caminar mucho para que ella no se cansara tanto. Fuimos a Santa Clara del Cobre y a Zirahuen.

Al llegar, mi novia se percató del frío que hacía en el lugar, para ella se le hacía mucho pero a la vez dijo que era un frío rico porque es húmedo. El primer lugar al que fuimos fue a la isla de Janitzio en el lago de Pátzcuaro. Ella no había tenido tanto contacto con lagos así que ese primer día le gustó mucho el poder viajar a esa isla que está a mitad de uno. Se dio la oportunidad de comer un filete pero lo que le gustó mas fueron los charales fritos con chile, al ser frescos pues los saboreó mucho.

Al siguiente día desayunamos unas corundas rellenas (que son como tamales en forma de pirámides) que se les hecha salsa y crema. Con un atole de tamarindo, éstos puestos están frente a la basílica de la “Virgen de la Salud”. Probando esos sabores comenzó a comprender lo que yo desde niño estaba acostumbrado.

Después de haber pedido a la virgen por la salud de ella y que el trasplante (que cada vez está más cerca) sea exitoso. Nos dirigimos a la laguna de Zirahuen. A ella le gustó muchísimo ese lugar ya que se puede ver el azul de la laguna contrastando con las montañas verdes. En ese momento comprendió el porqué paisajes desérticos no me impresionan y no me gustan porque pudo ver los paisajes en los que había crecido.

La visita a Santa Clara del Cobre fué principalmente para ver los trabajos artesanales de cobre que hacen los lugareños. Después de mucho pensarlo, se animó a comer un taco de las famosas carnitas que, aunque no estábamos en Quiroga, la región se caracteriza en hacerlas muy similares. Ahí en ese instante, al dar la primera mordida al taco, fue cuando me comprendió totalmente todos los corajes que hago al quejarme, tanto por el servicio de la gente de Querétaro, así como de su comida insípida.

Yo llegué a pensar que era yo el que estaba ya muy mal, mi apatía en trabajar aquí o que de plano ya veía lo malo en todo. Pero al fin mi novia, a pesar que conoció solo un poco de esa región de México, me dio toda la razón que no hay comparación con la comida que se come ahí a lo que tenemos que comer diariamente.

Finalizó tomando un Atole Negro (hecho con la cáscara del cacao) que ella no conocía su existencia y que a pesar de su apariencia que parece chapopote, vio que el sabor es único y delicioso.

Ese simple viajecito sirvió para que ella le eche más ganas y siga probando esos sabores que con el paso del tiempo se tornan desconocidos para nosotros y que al fin me comprendiera los motivos de los que critico el lugar donde estamos trabajando actualmente.